Muchas personas piensan que mindfulness es aprender una técnica de meditación , resulta que es mucho más que eso, es mucho más que un curso, un taller o una charla. Es un aprendizaje para habitar en un espacio interior más profundo y sereno. Mindfulness no es una técnica, es un estado de consciencia plena. Lo virtuoso es que el hábito trae consigo resultados tangibles para el practicante. Más atención mejora tu concentración y tu productividad. También mejora la manera en que te relacionas contigo mismo, volviéndote más compasivo y amoroso. Eso repercute en la forma en que te relacionas con los demás, dándole calidad al tiempo que dispones y junto con eso empiezas a disfrutar cada momento. La suma de todos los momentos, hace que disfrutes más de la vida. La práctica puede transformarse en crecimiento integral para las personas a través de autoconocimiento y autocuidad.

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