Gracias a diversas estrategias es posible enfrentar sucesos inesperados de la manera más responsable y sana posible, lo cual es un punto a favor en nuestro desarrollo personal.
Los acontecimientos y vivencias a las que nos enfrentamos día a día representan un reto psicológico y emocional constante. La pérdida de un ser querido, el desempleo o una enfermedad repentina son hechos que pueden cambiar nuestra dinámica de vida.